jueves, 25 de junio de 1998

Manuel Francisco Zamarreño Villoria

El jueves 25 de junio de 1998 se consumaba la crónica de una muerte anunciada. La banda terrorista ETA asesinaba mediante una moto-bomba a MANUEL FRANCISCO ZAMARREÑO VILLORIA, concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Rentería en sustitución de José Luis Caso Cortines, también asesinado por la organización terrorista el 11 de diciembre de 1997. En el atentado resultaron heridos el ertzaina escolta del edil y dos vecinas del lugar.


Los hechos ocurrieron sobre las 11:10 horas de la mañana en el barrio de Capuchinos de Rentería. Manuel Zamarreño, acompañado por su escolta, acababa de comprar el pan en un establecimiento que dista unos trescientos metros de su domicilio, tal y como hacía habitualmente. Apenas había caminado unos metros cuando explotó una moto-bomba, cargada con tres kilos de amonal, aparcada en la acera y accionada a distancia. La moto era tipo scooter y fue activada desde una ladera cercana, desde la que se podía vigilar los pasos de Zamarreño en lo que era su rutina habitual. Manuel Zamarreño, que vivía en el número 6 de la calle de Basanoaga, solía bajar a buscar el pan entre las once y la una del mediodía. De vez en cuando, el concejal popular compraba el periódico en un quiosco próximo a su domicilio, y tampoco era extraño verle paseando por el barrio, en los últimos meses acompañado de un escolta, según relataron algunos vecinos.

La explosión afectó de lleno al edil, que quedó tendido sin vida entre dos coches aparcados en batería. Juan María Quintana, el escolta, se encontraba a unos cinco metros del edil cuando se produjo la explosión. Testigos presenciales vieron al ertzaina apoyado en un coche "con la cara ensangrentada". La onda expansiva había causado importantes destrozos en varios automóviles y roto los cristales de numerosas viviendas.

Una unidad medicalizada de Osakidetza trasladó al ertzaina al Hospital Nuestra Señora de Aránzazu, donde ingresó con síndrome por onda expansiva, heridas múltiples por metralla en buena parte del cuerpo y traumatismo ocular, según el primer parte emitido por el servicio de urgencias.

El cadáver de Manuel Zamarreño, séptimo concejal del Partido Popular muerto en atentado en poco más de tres años, permaneció tumbado en el suelo, cubierto por una manta, por espacio de dos horas y media, hasta que el juez ordenó su levantamiento.

Manuel llevaba poco más de un mes en la concejalía que había ocupado José Luis Caso, pues tomó posesión de la misma el 21 de mayo. Ambos habían sido compañeros en Astilleros Luzuriaga durante veinticuatro años. Por amistad con José Luis, Manuel se había afiliado al PP en 1995 y había aceptado ir tercero en las listas de Rentería, una localidad con fuerte presencia de proetarras radicales. Poco antes de morir, Zamarreño explicó el motivo por el que decidió sustituir a José Luis: "Es un homenaje a mi amigo y compañero José Luis. Lo tenía decidido desde el principio, lo dije en su día, cuando me lo propusieron en Irún, y no he cambiado de opinión en ningún momento. No he tenido ninguna duda, siempre he estado convencido."

En la toma de posesión, Zamarreño acusó directamente a los cinco ediles de Herri Batasuna de haber facilitado información a la banda terrorista para llevar a cabo el asesinato de su antecesor en el puesto. Según denunció Zamarreño, Caso no era conocido en Rentería, ya que residía en Irún, una población cercana, por lo que los concejales de HB habían tenido que actuar como un "comando de información de ETA" para que la banda lo asesinase. Estas acusaciones dieron lugar a la presentación contra Zamarreño de una demanda por calumnias de los ediles de HB, lo que retrasó la toma de posesión de su cargo.

Desde el momento en que decidió sustituir a Caso, Zamarreño sufrió todo tipo de amenazas y coacciones, una auténtica campaña de acoso y derribo que desembocó en su asesinato. Primero le quemaron su vehículo. Después, siguió una campaña de difamación, el reparto de carteles vejatorios con su fotografía, pintadas con su nombre en una diana... Ante esta situación, Zamarreño declaró a la prensa: "Aquí he nacido y aquí me quedo". Manuel tuvo el coraje de quedarse en Rentería, a pesar del asesinato de su amigo José Luis y de que la edil popular, Concepción Gironza, tuvo que marcharse del País Vasco después de que ETA colocara una bomba en su domicilio particular, y en el de otros cuatro cargos públicos del PP, el 1 de abril de ese mismo año.

Es la triste realidad de muchos cargos público del PP, realidad que, por desgracia, no ha cambiado. El 20 de mayo de 2011, María Ángeles Bastos, concejal del PP en el Ayuntamiento de Rentería, denunció en COPE la situación que vive desde hace trece años. Desde el momento en que entró en política, la han despedido de todos los empleos. A sus 54 años trabaja limpiando casas y ha tenido que buscar empleo como asistenta fuera de su pueblo. Tiene que asistir a esas casas donde limpia acompañada por sus guardaespaldas. "Trabajo fuera de Rentería, en Rentería no puedo trabajar, si alguna vez me han ofrecido un trabajo, me he tenido que buscar una excusa para no hacerlo. Trabajo fuera y nadie sabe quién soy", declaró en la emisora. María Ángeles Bastos es, junto a Lucía Peralta, una de las dos concejalas del PP en Rentería. Bastos tomó la decisión de presentarse al Ayuntamiento de su pueblo en una época en que acababan de asesinar a Manuel Zamarreño y, al igual que él, ha sufrido los ataques de los proetarras, que le han quemado el coche y han llenado de pintadas su fachada. En esa situación, la noticia de que el Tribunal Constitucional había desestimado la ilegalización de Bildu, permitiendo su acceso a las urnas, ha sido algo "muy desagradable" para María Ángeles. "Ha sido un palo muy grande, como si volviéramos al año 99 en que no se respetaban los carteles de publicidad y estaba todo lleno de pintadas", resaltó.

En el asesinato de Manuel Zamarreño participó, presuntamente, uno de los etarras más sanguinarios de la banda, Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote. Con mayor o menor grado de participación, las Fuerzas de Seguridad le consideran implicado en catorce asesinatos, entre ellos, y como autor material, en el de Miguel Ángel Blanco.

Manuel Francisco Zamarreño Villoria, de 42 años, estaba casado con Marisol Fernández y tenía cuatro hijos: Jon, Joseba, Naiara e Imanol. Zamarreño, de profesión calderero, se encontraba en paro en el momento en el que decidió ocupar el sillón municipal que había dejado su amigo José Luis Caso. Un año después, su viuda formó parte de las listas del PP en las elecciones municipales por la localidad de Lasarte: "Doy el paso por mi marido. Yo no podía quedarme en casa como si no pasase nada".

Manuel Zamarreño fue la sexta y última víctima asesinada por la banda terrorista en 1998 tras José Ignacio Iruretagoyena Larrañaga, Alberto Jiménez-Becerril y su esposa, Ascensión García, Tomás Caballero Pastor, y el guardia civil en la reserva activa Alfonso Parada Ulloa.

El asesinato de Zamarreño fue, además, el último antes de que la banda asesina ETA declarase una tregua indefinida el 16 de septiembre de 1998, como contrapartida al acuerdo suscrito con el Partido Nacionalista Vasco y Eusko Alkartasuna. Las bases de la tregua se rompieron en julio de 1999, aunque ETA no hizo pública su decisión hasta diciembre de ese año. El 21 de enero de 2000 ETA asesinaba en Madrid al teniente coronel del Ejército Pedro Antonio Blanco García. Era el inicio de una nueva escalada de la banda que en ese año asesinó a veintitrés personas.

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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.