El 7 de febrero de 1994 la banda terrorista ETA asesinaba en Barcelona de un tiro en la nuca el coronel de Infantería del Ejército de Tierra LEOPOLDO GARCÍA CAMPOS.
Eran cerca de las tres de la tarde cuando dos terroristas se apearon de un coche aparcado en doble fila y abordaron por la espalda a Leopoldo, que en esos momentos entraba en el portal de su casa, en la calle del Tenor Massini del barrio de Sants de la capital catalana. Con una total y absoluta sangre fría, según testigos presenciales, uno de ellos efectuó dos disparos con una pistola. A continuación, se montaron en el vehículo, donde les aguardaba una mujer, y emprendieron la huida. Aunque algunos vecinos intentaron socorrerlo, no se pudo hacer nada, pues falleció casi en el acto.
Los terroristas abandonaron el vehículo utilizado para huir frente a una oficina de Telefónica en la avenida del Marqués de Sentmenat, a sólo dos manzanas de la sede del PSC. Ante el temor de que se tratara de una trampa, los artificieros de los Tedax ordenaron el desalojo de algunas viviendas próximas y aconsejaron a los propietarios de las fincas de la zona que cerraran las ventanas y las persianas. Hacia las 16:30 horas se produjo la primera explosión controlada que no logró, sin embargo, desactivar los explosivos que se encontraban en el interior del vehículo. Una hora después, y sin necesidad de provocar una segunda explosión, los Tedax desactivaron mediante un robot la carga explosiva depositada en el interior de una olla llena de metralla.
El coronel Leopoldo García Campos era la primera víctima mortal de 1994, que terminaría con otros trece asesinados. Ese año estaría marcado por la ruptura del consenso entre el Gobierno socialista y el Partido Popular en materia de lucha antiterrorista, consenso que se mantenía desde la firma del Acuerdo de Madrid de 1987. Esta ruptura afectó, entre otras cosas, a la política penitenciaria que, desde 1989, venía aplicándose a los presos de la banda asesina: alejamiento de los más duros y concesión de beneficios a quienes se distanciaban de la misma.
Por otra parte ETA no había cometido ningún asesinato en Barcelona desde que asesinó a los oficiales y miembros de la banda de música del Gobierno Militar de Barcelona Juan Antonio Querol Queralt y Virgilio Mas Navarro el 16 de enero de 1992.
Varias sentencias de la Audiencia Nacional (1996 y 1997) establecieron como hechos probados que en el asesinato de Leopoldo intervinieron cinco terroristas. Felipe San Epifanio San Pedro, alias Pipe, (exmiembro de la mesa nacional de Herri Batasuna) fue quién efectuó los disparos; Gregorio Vicario Setién le dio cobertura, y Rosario Ezquerra Pérez de Nanclares fue la terrorista que les esperaba al volante del vehículo en el que huyeron. También intervinieron en el mismo Dolores López Resina, alias Lola, y Benjamín Ramos Vega, éste como colaborador de banda armada. Tanto Gregorio Vicario como Dolores López estaban huidos en el momento del juicio.
Gregorio Vicario Setién fue detenido en Francia en 2001 unas horas después del robo de 1.600 kilos de Titadine y 20.000 detonadores en la zona de Grenoble. En abril de 2006 fue extraditado a España temporalmente para ser juzgado por las causas pendientes en nuestro país, entre ellas el asesinato de Leopoldo García. Dolores López Resina fue también detenida en Francia en septiembre de 2001 y entregada a la justicia española en julio de 2007.
Leopoldo García Campos había nacido en Cozuelo de Fuentiduñas, en la provincia de Segovia, el 30 de marzo de 1935, por lo que tenía 59 años en el momento de su asesinato. Coronel interventor del Ejército, estaba casado con María Concepción Oquendo, tenía cinco hijos (cuatro hijas y un hijo) y dos nietos. Licenciado en Derecho, desde agosto de 1990 estaba destinado a la Intervención Delegada Territorial número 4 de la Capitanía General de Barcelona.
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.