El 6 de junio de 1988, ETA asesinaba a tiros en Elgóibar (Guipúzcoa) al empresario FRANCISCO JAVIER ZABALETA AIZPITARTE cuando paseaba, en compañía de dos amigos, por una calle muy concurrida del centro de esta localidad guipuzcoana.
Francisco había estado alternando con unos amigos por diferentes bares de Elgóibar. En torno a las 21:25 horas caminaba por la calle San Francisco con dos amigos cuando tres terroristas se aproximaron a él. Empujaron a los acompañantes a un lado y uno de los etarras le disparó dos veces. La víctima cayó al suelo herida mortalmente. Falleció cuando era trasladado a la residencia sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu de San Sebastián.
Al igual que en el caso de su amigo Sebastián Aizpiri Leyaristi, asesinado el 25 de mayo, Francisco sufrió una campaña de rumores que le vinculaban al tráfico de drogas. Las banda asesina acusó a Zabaleta en un comunicado público de ser un "agente de la red policial de distribución de droga". En menos de quince días dos vecinos de Elgóibar habían sido asesinados víctimas de una campaña plagada de rumores, mentiras y calumnias. Ambos habían ido juntos al Ayuntamiento de Elgóibar para pedir que se abriese una investigación y se demostrase su inocencia. Pero no les valió de nada.
Sus amigos y familiares, como ocurrió con Sebastián Aizpiri, negaron rotundamente las acusaciones. La viuda de Francisco, Mari Luz, aseguró en Interviú (14/06/1988) que el único objetivo de ETA es atemorizar: "Se lo han cargado para atemorizar, para sembrar el pánico en Euskadi, como cabeza de turco, como falso ejemplo, mintiendo si es necesario. Sabían que matando a Patxi dejarían a esta parte del pueblo vasco sumido en el terror". Tras el asesinato de Zabaleta, un vecino de Ondarroa y otro de Elgóibar abandonaron sus hogares temiendo convertirse en las siguientes víctimas después de que ETA les relacionara también con el tráfico de drogas.
En 1991 la Audiencia Nacional condenó a sendas penas de 30 años de reclusión mayor a Jesús María Ciganda Sarratea, Juan Carlos Balerdi Iturralde y Fermín Javier Urdiain Ciriza como autores de un delito de asesinato con premeditación. En la misma sentencia fue condenado a 27 años José María Beristain Urbieta como autor de un delito de asesinato sin agravantes.
En mayo de 2009 la Audiencia Nacional condenó a 27 años de cárcel, como cooperador necesario, a Mikel Ibáñez Oteiza, alias Mikel de Éibar, por facilitar a ETA la información que le permitió cometer el asesinato de Francisco Javier. Ibáñez Oteiza fue detenido en el aeropuerto de París en marzo de 2007, adonde llegó procedente de Uruguay. A partir de ese momento se reactivó el proceso abierto contra él en la Audiencia Nacional en 1989. El etarra tendría que haber cumplido condena hasta 2035, pero fue excarcelado el 14 de enero de 2011 por motivos de salud. Ibáñez Oteiza, con un cáncer terminal, se ha convertido así en el primer etarra excarcelado tras el alto el fuego de la banda hecho público el 10 de enero de 2011.
Francisco Javier Zabaleta Aizpitarte, de 42 años, estaba casado y tenía dos hijos menores de edad. Natural de Elgóibar, era corredor de seguros y empresario hostelero. Cuando fue asesinado regentaba, junto a un primo suyo, la discoteca Guass de Elgóibar.
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.