A las 16:45 horas del día 19 de marzo de 1988, la banda terrorista ETA asesinaba en Durango (Vizcaya) al guardia civil PEDRO BALLESTEROS RODRÍGUEZ, primera víctima mortal de ese año. También resultó herida leve su esposa, María del Carmen López.
El atentado se produjo cuando el turismo en el que viajaba el agente junto a su esposa, paró en una señal de stop situada en la Plaza Gurruchaga de Durango. En ese momento dos individuos abrieron fuego a corta distancia contra Pedro, que murió prácticamente en el acto. Uno de los terroristas disparó contra el guardia civil por la ventanilla del conductor, mientras el otro lo hacía por la del copiloto. El agente recibió al menos ocho impactos de bala y murió prácticamente en el acto. Su esposa resultó alcanzada por una bala en el codo izquierdo y fue trasladada al Hospital de Galdácano donde fue intervenida quirúrgicamente de la herida. Los dos terroristas huyeron a pie por las calles próximas al lugar del atentado en presencia de numerosos testigos.
En el lugar de los hechos se recogieron nueve casquillos y dos balas del calibre nueve milímetros parabellum, marca SF, de los años 1975, 1977 y 1979, munición bastante antigua, según comentaron especialistas de la Guardia Civil.
Pedro Ballesteros y su esposa regresaban de casa de los padres de esta última de celebrar el Día del Padre. El crimen fue presenciado por varios niños que participaban en una fiesta infantil en el colegio de los Jesuitas, situado enfrente del lugar donde fue tiroteado el guardia civil, según indicaron testigos presenciales. El matrimonio residía en la casa cuartel de la Guardia Civil en Durango y hacia allí se dirigían cuando fueron víctimas del atentado, a unos 1.500 metros del cuartel. Fue la primera víctima mortal del terrorismo etarra desde que el 12 de enero de 1988 se firmase el Pacto de Ajuria Enea, ratificado por prácticamente todos los partidos políticos.
El presidente del Gobierno, Felipe González, fue inmediatamente avisado del atentado mientras se entrevistaba en el coto de Doñana (Huelva) con el presidente francés, François Mitterrand. El vicesecretario general del Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE), Juan Manuel Eguiagaray, manifestó a Radio Nacional, tras tener noticia del atentado, que era "la confirmación de que la esperanza que muchos habíamos concebido es una esperanza que aún tiene que aguardar hasta que se convierta en realidad". Mientras, el secretario general de los socialistas vizcaínos, Ricardo García Damborenea, declaró que "cuando se asesina tan despiadadamente, frente a ellos no cabe otra postura que el acoso incansable hasta detener al último etarra en libertad y en posesión de una pistola". Por su parte, el presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Xabier Arzalluz, señaló que "la ilusión se ha terminado y en este momento creo que la gente pasa ya de Argel".
Por sentencia de la Audiencia Nacional de 1991 fueron condenados los etarras del grupo Araba Juan Ignacio Oyarbide Aramburu y Manuel Urionobarrenechea Betanzos como autores del asesinato de Pedro. Ambos murieron en septiembre de 1989 en un enfrentamiento con la Guardia Civil. Quedaron absueltos, por no poderse probar suficientemente su participación en los hechos, Juan Carlos Arruti Azpitarte, Esteban Nicolás Barreña Eguindazu, Esteban Martín Barreña Oceja y Begoña Arroyo Pérez de Nanclares.
Pedro Ballesteros Rodríguez, de 24 años, era natural de Madrid. Estaba casado con María del Carmen López, de 20 años y nacida en Durango. El matrimonio tenía una hija de un año y medio que no viajaba en el coche en el momento del atentado ya que se había quedado con sus abuelos maternos. Pedro había ingresado en la Guardia Civil en el año 1983 y en noviembre de ese mismo año fue destinado al País Vasco, donde contrajo matrimonio con María del Carmen López.
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.