Su hija, Silvia Ballarín Gay, de 6 años, murió bajo los escombros del acuartelamiento militar y su mujer fue gravemente herida. Padre e hija fueron enterrados al día siguiente en el cementerio de Pinseque (Zaragoza), localidad natal de su mujer, que no pudo asistir porque aún seguía ingresada en el hospital sin saber que su familia había fallecido en el atentado.
Silvia Ballarín Gay, la hija de José Ignacio Ballarín Cazaña y Teresa Esther Gay Escribano, tenía solamente seis años cuando fue asesinada junto a su padre. La tía de Silvia y hermana de su difunto padre, María Pilar Ballarín, envió una carta dirigida al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en octubre de 2006 en la que decía: "Mi hermano era muy especial. Y no sólo fue eso, sino que también hizo de padre para mí, puesto que al nuestro Dios se lo llevó demasiado joven y solo lo recordamos por las fotografías. Además, era mi amigo y mi confesor. Mi sobrina era única, la mejor. Ellos tenían treinta y uno y seis años, respectivamente, y junto con mi madre y mi hermana política eran toda mi familia. Como ve, no le puedo pedir que se ponga en mi lugar: ¡Yo perdí a media familia! Mi cuñada perdió a su marido y a su única hija, o sea, todo. Y mi madre, a su hijo y su nieta. Llevamos casi diecinueve años echándole sal a nuestras heridas, con el cáncer que produce escuchar lo que nos cuentan los medios de comunicación y los políticos, todos los días y a todas horas: que si han excarcelado a etarras, solicitud de rebaja de penas, tratos de favor, aguantar insultos, amenazas y un largo etcétera".
En 1989 se entregó a la ciudad de Zaragoza la Medalla de la Orden del Mérito de la Guardia Civil en su categoría de plata como homenaje y agradecimiento al comportamiento de los zaragozanos durante el atentado terrorista contra la casa-cuartel.
En 1989 se entregó a la ciudad de Zaragoza la Medalla de la Orden del Mérito de la Guardia Civil en su categoría de plata como homenaje y agradecimiento al comportamiento de los zaragozanos durante el atentado terrorista contra la casa-cuartel.
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.