María Teresa Daza estaba embarazada cuando murió junto a su marido, Rafael Morales Ocaña, en el atentado que perpetró la banda terrorista ETA tras detonar un coche-bomba en el aparcamiento del centro comercial Hipercor de Barcelona el 19 de junio de 1987. Tenían un hijo de 7 años, Jordi Morales Daza. Rafael trabajaba en la Diputación de Barcelona y vivía en Santa Coloma de Gramanet (Barcelona).
María Teresa Daza
Trabajaba en la Diputación de Barcelona, era una vecina muy querida en Santa Coloma de Gramanet y estaba embarazada cuando el coche bomba de Hipercor les arrancó la vida de cuajo a ella y su marido, Rafael Morales. Ambos dejaron huérfano a un hijo de siete años. Tal era el cariño que les rendían los vecinos de su pueblo, donde eran muy conocidos por su activismo en los movimientos asociativos populares, que, según informó ABC , al entierro del matrimonio acudieron más de 20.000 personas. Cuando los asistentes se percataron de que los ataúdes con los cuerpos de la pareja iban a ser introducidos en nichos separados, la multitud se opuso y finalmente fueron colocados en cubículos separados.
Rafael Morales (33 años)
Perdió su propia vida y jamás vería junto a su mujer ver crecer a su primer hijo y nacer al segundo. Era tal su compromiso con los que le rodeaban que, con tan sólo 18 años, en 1972, había sido juzgado en consejo de guerra por los enfrentamientos del vecindario de Santa Coloma de Gramanet con la Guardia Civil, para exigir la construcción de un ambulatorio para la localidad. Fue este activismo el que le había hecho muy popular entre sus vecinos.
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.