En torno a las tres de la madrugada del 24 de junio de 1985 la banda terrorista ETA asesinaba en Lequeitio (Vizcaya) al marinero IGNACIO MONTES ABAD. Tras haber tomado unas consumiciones en distintos bares de la localidad vizcaína, Ignacio se disponía a subir a su domicilio para cambiarse de ropa, pues debía salir a faenar a las 3:30 horas.
El atentado se produjo en el portal del número 14 de la calle de Vergara, inmediatamente después de que la víctima se separara de una amiga en un bar cercano al lugar de los hechos. Ignacio notó que alguien le seguía e intentó refugiarse en el portal de su domicilio, pero el etarra José Félix Zabarte Jainaga le dio alcance y le disparó tres tiros, efectuados de frente y a corta distancia. Ya en el suelo lo remató con otros cinco balazos que le destrozaron la frente, la nariz y los ojos, además de herirle en una muñeca. El cadáver fue encontrado pasadas las 3:15 de la madrugada por la Policía Municipal, tras recibir el aviso de una vecina que no quiso identificarse.
La Guardia Civil recogió en el lugar de los hechos ocho casquillos Geco del calibre 9 milímetros parabellum disparados con la misma pistola. Tres de los casquillos fueron encontrados en la acera y los otros cinco en el interior del portal, junto al cuerpo, e incluso sobre sus ropas. Ningún vecino vio ni oyó nada.
Ocho años antes, la víctima había sido objeto de una campaña de acoso y maledicencias. Ignacio fue amenazado de forma anónima, sin dar datos concretos, en pintadas en euskera en las que sele acusaba de chivato y se le anunciaba su muerte inminente. Paradójicamente, en esas fechas se le acusó de haber quemado una bandera española durante las fiestas del pueblo, lo que dio lugar a una operación de la Guardia Civil. Por otra parte, su hermana había trabajado como cocinera en el cuartel de la Benemérita de la localidad. En las pintadas amenazantes se leían frases como "Montes: ETA te va a matar" y "Muerte al chivato Montes". A pesar de ello, Ignacio siguió haciendo vida normal y solía llevar ikurriñas y pegatinas vinculadas a la izquierda proetarra en su ropa.
Fuentes de la Policía Municipal de esta localidad afirmaron, tras el atentado, no tener constancia de que estas amenazas se hubieran producido de nuevo en los últimos años, ni de que la víctima se hubiera visto involucrada últimamente en incidentes o conflictos. Por otra parte, desde el Gobierno Civil de Vizcaya se dijo que Ignacio llevaba "una vida desordenada", propia de una persona separada, y que, una hora antes del asesinato, se le vio con dos mujeres de nacionalidad portuguesa.
Al día siguiente del atentado ETA reivindicaba el asesinato de Ignacio en un comunicado en el que acusaba a la víctima, como de costumbre, de ser traficante de drogas y de haberse dedicado, con ocasión del funeral celebrado en su día en memoria del dirigente de Herri Batasuna Santiago Brouard, a "pinchar las ruedas de los coches que habían llegado a Lequeitio desde todas las zonas de Euskadi".
En 1986 la Audiencia Nacional condenó a 27 de años de prisión por el asesinato de Montes al etarra José Félix Zabarte Jainaga. En la misma sentencia se condenaba a 17 años como colaboradores necesarios al matrimonio formado por José Ignacio Ibarra Cruz y María Natividad Beascoechea Moreno. La pareja había ocultado a Zabarte tras el crimen y le facilitaron la huida. En 2004 también se condenó a 27 años de prisión a María del Carmen Guisasola Solozábal por su participación en el atentado.
Ignacio Montes Abad, de 36 años, separado y padre de cuatro hijos, era natural de Lequeitio, aunque de padres gallegos. A los funerales celebrados al día siguiente en la Iglesia de Santa María de la Asunción de Lequeitio no fue prácticamente nadie. El templo estuvo casi vacío con la presencia de sólo una decena de personas: sus familiares y su exmujer, así como el acalde del pueblo, Xabier Txakartegi, del PNV, acompañado por dos concejales del mismo partido.
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