En torno a las 14:30 horas del 16 de mayo de 1985, el cabo primero de la Policía Nacional LUIS NAVARRO IZQUIERDO resultó muerto y otros diez agentes heridos, al hacer explosión un coche bomba que ETA había estacionado en una calle de la localidad vizcaína de Basauri.
La explosión, provocada por control remoto al paso de las dos furgonetas de la Policía Nacional, pudo haber causado una matanza, ya que en las inmediaciones del lugar está ubicado un instituto de enseñanza.
El atentado se produjo cuando dos furgonetas de la Compañía de Reserva de Valladolid circulaban por la carretera nacional Bilbao-San Sebastián con destino al acuartelamiento de las Fuerzas de Seguridad del Estado en Basauri, donde iban a relevar a sus compañeros. Cuando el convoy se detuvo en el semáforo de la calle Urbi, junto a la gasolinera Camarero, la banda terrorista hizo explotar el coche-bomba, un Renault 9 de color gris metalizado cargado con 20 kilos de Goma 2 y 10 más de tornillería gruesa. Los terroristas habían rellenado la bomba con tuercas y balas del calibre 9 milimetros para que actuasen como metralla y aumentase su poder letal. Una de las dos dotaciones resultó alcanzada de lleno, mientras que la otra sufrió los impactos de la explosión en su lado derecho.
Consecuencia de la fuerte explosión, diez policías nacionales resultaron heridos de gravedad y fueron trasladados en ambulancias de la Cruz Roja y la Asociación de Ayuda en Carretera al Hospital Civil de Basurto, a la Clínica Virgen Blanca y al Hospital de Galdácano. Además de los policías nacionales, otras tres personas sufrieron lesiones leves por la onda expansiva y fueron atendidas por los servicios de la Cruz Roja en el lugar de los hechos. Ocho de los policías heridos fueron ingresados en el Hospital Civil de Basurto. El cabo primero Luis Navarro Izquierdo, trasladado al mismo hospital, falleció cuando iba a ser intervenido poco después de ingresar.
En el mismo centro fueron asistidos Agustín Sánchez Hernández, que presentaba graves lesiones en un ojo; José Pérez Pacheco, que sufría pérdida de masa encefálica; el sargento Bernabé Andrés González, con conmoción cerebral; y Gaspar García, cuyo pronóstico era grave. El policía Santiago Fernández Ramos, así como Orestes Gómez Frutos y Balbino Fernández Iglesias, fueron dados de alta al cabo de unas horas. Otros dos policías, el cabo primero Antonio Pascual y José Antonio Hernández fueron atendidos en la Clínica Virgen Blanca de Bilbao, en donde se les diagnosticó heridas de carácter reservado.
El funeral por el cabo primero Luis Navarro Izquierdo tuvo lugar al día siguiente a la una de la tarde en la parroquia Nuestra Señora de las Nieves, de Basauri. Al mismo asistieron los responsables de Interior del Gobierno central, José Barrionuevo, y autonómico, Luis María Retolaza. Esa misma tarde fue trasladado a Ampudia, donde residía su familia.
En 1994 la Audiencia nacional condenó al etarra José Félix Zabarte Jainaga a un total de 298 años de prisión por este atentado. En la misma sentencia se recogía que Zabarte Jainaga iba acompañado por Carmen Guisasola Solozábal y un tercer etarra sin identificar. Guisasola no pudo ser juzgada en esos momentos al negar Francia la extradición. Finalmente fue extraditada y juzgada en 2001 por atentados cometidos entre 1982 y 1989.
Luis Navarro Izquierdo, de 26 años, era natural de Ampudia (Palencia). Estudió la carrera de profesor de Educación General Básica en la Escuela de Magisterio de Palencia. Muy aficionado al atletismo, llegó a ser subcampeón de España en los cuatrocientos metros lisos el año que ganó Colomán Trabado. Estaba casado con María Luisa Marcos, embarazada de un mes. Luis pertenecía a la Segunda Compañía de la Reserva General que había llegado al País Vasco días antes del atentado para reforzar a la plantilla policial de Vizcaya.
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.