A última hora de la tarde del 9 de noviembre de 1983 la banda terrorista ETA asesinaba en Bilbao al representante comercial ÁNGEL MARTÍNEZ TRELLES. Dos miembros de la banda entraron a cara descubierta en el bar de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios, donde Ángel trabajaba ocasionalmente como camarero, que en esos momentos estaba abarrotado de clientes. Uno de ellos gritó "todos al suelo y con las manos levantadas" y, dirigiéndose hacia la barra, disparó contra Martínez Trelles, que en esos momentos se encontraba charlando con el encargado del local. El pistolero disparó directamente a la cabeza de Ángel, que recibió dos tiros, uno de ellos en el tórax y otro en la cabeza, y cayó de bruces detrás del mostrador, quedando tendido en el suelo en medio de un charco de sangre. Según testigos presenciales, el etarra fue directo hacia su víctima, sin vacilar en ningún momento. "Iban a por él", señalaron. En el lugar de los hechos se recogieron dos casquillos de bala del calibre 9 milímetros parabellum, marca SF.
A continuación el pistolero de la banda realizó otros disparos al aire intimidatorios y emprendió la huida protegido por otro etarra que le esperaba en la puerta del local. Un socio de la Hermandad salió detrás de ellos y pudo ver cómo huían en dirección al casco viejo.
El local de la Hermandad se encontraba en la plaza Conde de Mirasol, en el barrio de Bilbao La Vieja. La sede había sufrido un atentado con bomba el 20 de febrero de ese año y el presidente de la Hermandad, José María Maderal Oleaga, había sido asesinado por la banda cinco años antes, el 16 marzo 1979. En el momento del asesinato de Ángel Martínez Trelles había unos veinte parroquianos consumiendo y jugando a las cartas. La Hermandad tenía unos seiscientos socios, entre los que había mucha pluralidad política, según comentaron algunos compañeros del asesinado.
El dirigente socialista García Damborenea expresó sus condolencias inmediatamente después de producirse el atentado, mientras que el PCE-EPK emitió un comunicado de condena llamando a la unidad de las fuerzas democráticas y a la movilización de los ciudadanos. El 11 de noviembre se celebró en la Iglesia de San Adrián de Bilbao el funeral por el alma de Martínez Trelles. Pese a que un hermano de la víctima pidió que fuera un acto familiar y religioso, pues ellos eran apolíticos, además de familiares y amigos acudieron el gobernador civil, cargos militares y el dirigente socialista Ricardo García Damborenea.
En 1989 la Audiencia Nacional condenó a Juan Manuel Gaztelumendi Uribarren, alias Txirrita, a 29 años de prisión mayor por el asesinato de Martínez Trelles. El presunto segundo autor material, José Lorenzo Ayestaran Legorburu, alias Fanecas, fue detenido en Francia a finales de febrero de 2010, tras pasar casi treinta años en Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez pactó en 2006 con el abogado de ETA Joseba Agudo concederle la nacionalidad de ese país. En febrero de 2011la justicia francesa autorizó la extradición a España de Ayestaran Legorburu para que sea juzgado por su participación en tres atentados, pero no por el asesinato de Martínez Trelles.
Ángel Martínez Trelles, de 31 años de edad, era natural de Oviedo, pero residía en Bilbao. Estaba casado y tenía una hija de corta edad. Aunque profesionalmente Ángel era representante comercial, de forma ocasional trabajaba en el bar de la Hermandad para sacar algún dinero extra. Con veinte años había sido legionario paracaidista, por lo que le conocían con el apodo de El paraca.
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