Sobre la una de la tarde del viernes 8 de octubre de 1982 la banda terrorista ETA asesinaba en Pamplona a ALBERTO TOCA ECHEVARRÍA, director de la mutua de accidentes de trabajo Asepeyo.
Alberto Toca se encontraba en su despacho de la delegación de Asepeyo de la capital navarra, en la calle Castillo de Maya, acompañado por un médico de la mutua. Hacia las 13:00 horas, dos individuos entraron a cara descubierta en las oficinas y, dirigiéndose a una de las secretarias, preguntaron por Alberto. Tras indicarle cuál era el despacho, los terroristas se encaminaron hacia él y abrieron la puerta.
Desde el umbral, preguntaron: "¿tú eres Alberto Toca?", a lo que la víctima contestó que sí. Sin mediar palabra, los pistoleros efectuaron cuatro disparos contra Toca, que cayó sobre la mesa y después al suelo. Allí los terroristas lo remataron con un quinto disparo.
Los trabajadores de Asepeyo y tres médicos de Barcelona que estaban visitando la mutua se tiraron instintivamente al suelo al oír los disparos, momento que fue aprovechado por los dos etarras para salir tranquilamente del edificio "como si acabaran de tomar unos vinos", según declaró uno de los testigos. Una vez fuera de la oficina, continuaron la huida a pie por las calles de Pamplona.
Alberto Toca Echevarría, de 54 años de edad, estaba casado y tenía siete hijos, con edades comprendidas entre los 11 y los 29 años. Natural de Estella, llevaba veinte años residiendo en Pamplona. Era delegado de Asepeyo desde 1962 y fue uno de los impulsores de la Asociación Navarra de Familiares y Amigos de Subnormales (ANFAS), de la que llegó a ser presidente.
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