El domingo 13 de junio de 1982, ETA asesinaba de un tiro en la cabeza en la localidad guipuzcoana de Pasajes (Guipúzcoa) al guardia civil JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ PERNAS. Eran las nueve de la noche y José Luis se encontraba con otro guardia civil prestando servicio de vigilancia ante la caseta de control situada en la entrada del puerto de Pasajes. Los etarras realizaron un único disparo con un rifle Winchester de mira telescópica que le alcanzó en el parietal y le provocó la muerte en el acto. Los cristales de la garita saltaron hechos añicos por el impacto de la bala, ocasionando leves rasguños al compañero del guardia civil asesinado.
Los terroristas efectuaron el disparo desde un punto situado en el Alto de Capuchinos, a varios cientos de metros de la caseta de la Guardia Civil, pero desde el que tenían a tiro a los dos agentes. Previamente habían robado un taxi y, tras introducir al conductor en el maletero, se dirigieron al Alto de Capuchinos, en una zona cercana al barrio de Beraun desde la que se domina los puestos de control de la Guardia Civil en el puerto de Pasajes. El propietario del taxi permaneció en el maletero de su coche mientras se cometía el atentado y fue localizado poco después en una calle de Rentería.
El cuerpo de José Luís Fernández Pernas, cuya muerte se produjo de forma instantánea, fue trasladado inicialmente al Hospital Militar de San Sebastián y, posteriormente, al Gobierno Civil de Guipúzcoa en cuyas dependencias se instaló la capilla ardiente.
La garita atacada estaba situada en la misma entrada del puerto, junto a la barrera que controla el paso de vehículos. Los etarras dejaron el rifle en el suelo, así como varios proyectiles, para que las fuerzas de seguridad los encontraran. La utilización de una mira telescópica confería una particularidad a este atentado, según informaron fuentes policiales, quienes contraponen esta acción con otras efectuadas casi a bocajarro por la banda terrorista. ETA pretendía sembrar el pánico entre los agentes destinados a custodiar la entrada del puerto, pues el modus operandi mostraba la vulnerabilidad en la que se encontraban los guardias civiles encargados de la vigilancia del mismo.
Al día siguiente, 14 de junio, se celebró el funeral por el alma de Fernández Pernas. Cuando el féretro era portado a hombros de miembros de las fuerzas de seguridad, un grupo de mujeres gritó "Abajo el Gobierno", después de que el resto de los presentes corease vivas a España, al Rey y a la Guardia Civil. Al acto, presidido por el general subinspector de la Guardia Civil, Antonio Hermosilla, asistieron Francisco Javier Cerezeda, general de la Quinta Zona de la Guardia Civil; el subsecretario del Ministerio del Interior, Juan José Izarra del Corral; el delegado del Gobierno central en el País Vasco, Marcelino Oreja; el presidente de la Diputación de Guipúzcoa, Santiago Aizarna; el alcalde de San Sebastián, Jesús María Alcay, así como mandos militares de los tres ejércitos y representantes del PSE-PSOE y de la UCD vasca. El cuerpo del guardia civil fue trasladado posteriormente en avión al aeropuerto de Peinador, en Vigo, de donde fue conducido a la localidad pontevedresa de Tomillo.
En 1983 la Audiencia Nacional condenó a José Javier Beloqui Cortajarena, autor del disparo, y a su acompañante, José Aparicio Sagastume, a 29 años de reclusión mayor por un delito de atentado con resultado de muerte. Ambos pertenecían al grupo Sega de la banda terrorista ETA. El 27 de septiembre de 1982 un tercer miembro de este grupo, Fernando Barrio Olano, resultó muerto en un enfrentamiento a tiros con la Policía en San Sebastián. Fuentes de la lucha antiterrorista le consideran también implicado, presuntamente, en el asesinato de Fernández Pernas.
José Luis Fernández Pernas, de 25 años de edad, era natural de Pontes de García Rodríguez (La Coruña). Pertenecía a la Comandancia de Pontevedra, aunque estaba destinado temporalmente en comisión de servicio en un operativo de refuerzo de la Comandancia de Guipúzcoa. Estaba casado y era padre de dos niñas, de dos años y dos meses de edad en el momento de su asesinato.
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