En torno a las cuatro y media de la madrugada del 26 de junio de 1981 los Comandos Autónomos Anticapitalistas asesinaban a tiros al joven ANTONIO MURILLO CHACÓN en el barrio de La Florida de Hernani (Guipúzcoa) cuando regresaba a su domicilio. Al día siguiente, la autoría del atentado fue asumida por el llamado Grupo Autónomo de Autodefensa de Euskadi (GAAE), desconocido hasta ese momento. En el comunicado, los terroristas lo relacionaron con el tráfico de drogas y, según informó la agencia Efe, había sido detenido en 1977 con una cantidad de heroína. Sin embargo, amigos y conocidos de la víctima negaron rotundamente esta afirmación y señalaron que, en todo caso, se trataba de un consumidor, pero no de un traficante de estupefacientes. Era un muchacho introvertido y considerado por sus vecinos como una muy buena persona.
Antonio había pasado la noche en compañía de su cuadrilla, celebrando las fiestas patronales de la localidad de Hernani. Hacia las cuatro y media se despidió de un amigo cuando se encontraba a escasa distancia de su domicilio y continuó caminando hacia el mismo. En ese momento fue sorprendido por un terrorista que le disparó en la cabeza y lo remató con varios disparos más cuando estaba ya tendido en el suelo.
Instantes después llegaban al mismo barrio varios coches con jóvenes que también regresaban de las fiestas. La primera en darse cuenta de los disparos fue una chica hermana de un concejal de la localidad, quien aplicó los primeros auxilios al herido antes de avisar a la Policía Municipal y a los servicios de ambulancia de la DYA. Cuando llegó la ambulancia, Antonio aún estaba con vida, pero falleció durante su traslado al hospital de San Sebastián.
El funeral, multitudinario, se celebró al día siguiente en la parroquia San José Obrero, del barrio La Florida. Más de medio millar de personas abarrotó la iglesia para darle su último adiós a Antonio. Junto al féretro se colocaron coronas de flores de organizaciones locales y grupos de amigos del joven fallecido. Otra corona había sido enviada por el Ayuntamiento de Puebla de la Reina (Badajoz), de donde era natural la víctima. Finalizada la ceremonia religiosa, el féretro con el cadáver de Antonio Murillo fue trasladado hasta el cementerio en un furgón fúnebre. La mayor parte del público que había asistido al funeral acompañó a la comitiva, a pie, bajo un fuerte chaparrón.
Antonio Murillo Chacón había nacido en Puebla de la Reina (Badajoz) y desde allí emigró al País Vasco con su familia. Tenía 25 años y estaba soltero. Trabajó un tiempo como camarero pero cuando fue asesinado estaba en el paro. A la mañana siguiente, su madre señaló que "la familia pensaba haberse marchado de Hernani, pero que su hijo sentía un gran cariño por el pueblo y por sus amigos, y que siempre repetía que él no quería irse". El padre comentó que "la familia nunca había intervenido en política" y que desconocía las causas el atentado. Una hermana menor de Antonio quiso dejar claro que su hermano era completamente apolítico y que nunca había votado en ninguna de la elecciones celebradas hasta entonces. La atribución de este asesinato sigue siendo problemática, igual que tampoco está claro el móvil del mismo. Ni siquiera las asociaciones de víctimas se han puesto de acuerdo, pues mientras la AVT lo atribuye a los CAA, al igual que hacen Rogelio Alonso, Florencio Domínguez y Marcos García Rey en Vidas Rotas, Covite lo considera víctima de la extrema derecha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.