El 2 de octubre de 1980, la banda terrorista ETA secuestraba y asesinaba en Rentería (Guipúzcoa) al taxista BENITO MORALES FABIÁN. Fue encontrado muerto en el maletero de su taxi después de que en la comisaría de Policía de San Sebastián se recibiese una llamada de alguien que dijo hablar en nombre de ETA avisando de que "el cadáver de un hombre llamado Benito" se encontraba en el taxi aparcado frente a una tienda de deportes de Rentería ubicada en la carretera Nacional I que atraviesa la localidad guipuzcoana. Un aviso similar se recibió en el diario Egin.
Miembros de la Policía se trasladaron al lugar citado y comprobaron la veracidad del aviso: en el maletero del vehículo estaba el cuerpo sin vida de Benito, que presentaba dos impactos de bala en la cabeza. En el interior del coche se encontraron varios casquillos de bala del calibre 9 milímetros parabellum. Eso, unido a que no se encontraron restos de tierra en la ropa de la víctima, hizo pensar que Benito fue asesinado dentro del propio taxi. Hacia las nueve de la noche el juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al depósito del cementerio de Rentería.
Como en otros casos de asesinatos de taxistas, no se sabe con precisión cómo se produjo el mismo, aunque muy posiblemente los etarras solicitaron los servicios de Benito Morales y lo asesinaron durante el trayecto. Taxistas de la localidad de Rentería, que hicieron un paro en señal de duelo por su compañero asesinado, manifestaron que la víctima llevaba trabajando muchos años en dicha zona y que no se le conocía ideología ni actividad política alguna.
El 9 de octubre la banda terrorista ETA asumió el asesinato de Benito, además de otros asesinatos recientes de guardias civiles y policías, que justificaron, con su retórica habitual, como "una presión armada" encaminada a "demostrar al Gobierno español que solamente existe una salida de compromiso para evitar el grave conflicto generalizado en que puede desembocar la insatisfactoria solución del proceso autonómico vasco".
Benito Morales Fabián, de 40 años, estaba casado y tenía tres hijos. Era natural de Santibáñez el Alto (Cáceres) y trabajaba como taxista en Rentería desde seis años antes de ser asesinado. A su entierro en el cementerio local, que tuvo lugar el 3 de octubre por la tarde, asistieron la madre, la viuda y varios de los hermanos de Benito.
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