El 9 de enero de 1980 fallece SEBASTIÁN ARROYO GONZÁLEZ, que el día anterior fue ametrallado cuando se dirigía en su vehículo a su domicilio desde la empresa en la que trabajaba en Alsasua. Como consecuencia del ametrallamiento, realizado desde otro coche en marcha en el que viajaban varios terroristas, Sebastián perdió el control de su vehículo y se salió de la calzada. Había sido alcanzado por seis disparos en el hígado, el abdomen, un pulmón, muslo y brazo derechos.
Tras recibir las primeras curas en la casa de socorro de Alsasua, fue trasladado al Hospital de Navarra. El equipo quirúrgico intervino a Sebastián durante casi ocho horas, y se le tuvieron que hacer veinticuatro transfusiones de sangre. Poco después de las diez de la mañana fallecía a causa de una insuficiencia renal aguda por necrosis.
Por este atentado sólo fue condenado -por realizar labores de vigilancia sobre la víctima- Jesús Razquin Mendinueta a un año de prisión menor y a indemnizar con 8 millones de pesetas a la familia.
Sebastián Arroyo González, guardia civil retirado de 53 años, era natural de la localidad de Sobradillo (Salamanca). Desde hacía diez años trabajaba en la empresa Igartex, dedicada a la fabricación de guantes. Estaba casado y tenía cuatro hijos.
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