El 26 de septiembre de 1979, la banda terrorista ETA asesinaba en Rentería (Guipúzcoa) al taxista SIXTO HOLGADO AGUDO. Su cadáver, que presentaba un tiro en la nuca, apareció de madrugada en el vertedero de basuras de San Marcos, cerca del barrio de Beraun. El taxi de la víctima, un Seat 131 que los asesinos utilizaron para alejarse del lugar, apareció el 27 de septiembre a las nueve de la mañana, en las proximidades de su domicilio, cerca del caserío de Larramendi.
La última vez que se vio con vida a Sixto Holgado fue el miércoles 26 a las 21:30 horas en la parada de taxis, y su cuerpo sin vida fue encontrado a la una de la madrugada por los empleados del servicio de limpieza del Ayuntamiento.
Aunque la reconstrucción de los hechos fue difícil, uno de los pocos datos ciertos con los que se contaba era que un cliente había solicitado el servicio del taxista en la parada de la calle Viteri, donde fue visto por varios compañeros de profesión. Las investigaciones policiales concluyeron que obligaron a Sixto Holgado a dirigirse al barrio de Beraun y, más tarde, al vertedero de basuras donde lo asesinaron.
Sobre la una de la madrugada, un hombre llamó a la Comisaría de San Sebastián informando de la aparición de un cadáver en el basurero de Rentería. La Policía no acudió inicialmente al lugar de los hechos, temiendo que se tratase de una trampa, al ser un lugar apartado y coincidir la fecha con el aniversario de los fusilamientos del 27 de septiembre de 1975, entre los que estaban los miembros de ETA Ángel Otaegui -condenado por cooperación en el asesinato del cabo de la Guardia Civil Gregorio Posada Zurrón-, y Juan Paredes Manot, Txiki -acusado de intervenir en el tiroteo que acabó con la vida del cabo de la Policía Nacional Ovidio Díaz López-. Sí lo hizo una ambulancia municipal, que también había sido avisada de la aparición del cadáver.
En el lugar de los hechos no apareció inicialmente ningún casquillo de bala, pero al cabo de unas horas se encontró, incrustado en el suelo y justo en el lugar donde apareció el cadáver, el proyectil que acabó con la vida de Sixto Holgado. La trayectoria de la bala, disparada de arriba hacia abajo, indicaba que los asesinos obligaron a su víctima a agacharse o tumbarse en el suelo antes de darle muerte. El cadáver permaneció en el basurero durante dos horas, y la Policía comprobó que a la víctima le habían sido sustraídos el carnet de identidad y el permiso de conducir.
Aunque fuentes policiales señalaron que Sixto Holgado no tenía ninguna vinculación política, en determinados ambientes de Rentería se barajó como causa del asesinato su relación con sectores de la ultraderecha. Los treinta y un taxistas de la localidad hicieron huelga durante la jornada del día siguiente del atentado, 27 de septiembre, en señal de duelo por el asesinato de su compañero. Al día siguiente hicieron otro paro de dos horas para poder asistir al funeral. El 8 de octubre, la banda terrorista ETA asumió la autoría del asesinato de Sixto Holgado.
Sixto Holgado Agudo tenía 46 años y era natural de Bañobárez (Salamanca). Tenía ocho hijos, con edades comprendidas entre los 5 y los 20 años de su primer matrimonio, y había contraído matrimonio por segunda vez seis meses antes de su asesinato. Entre 1961 y 1964 fue miembro de la Policía Municipal de San Sebastián, dándose de baja voluntariamente. Posteriormente trabajó como repartidor de Coca-Cola durante cinco años, hasta que compró una licencia de taxi en Rentería, donde trabajaba desde diez años antes de ser asesinado.
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