El 29 de julio de 1979 a las 13:11 horas de la tarde, explotaba otra bomba, esta vez colocada en las taquillas automáticas de la estación de Chamartín, causando la muerte en el acto de la estudiante danesa DOROTHY FERTIG, que fue decapitada por la onda expansiva. La maleta llena de explosivos, igual que la de Barajas con unos seis kilos de amonita, estaba en una de las taquillas automáticas del armario central de la consigna, junto a la sala de espera llena de viajeros y muy cerca de las cafeterías de la planta baja. La explosión provocó medio centenar de heridos, entre ellos una joven alemana compañera de Dorothy Fertig. Un viajero marroquí relató que oyó "un tremendo ruido" y cayó contra el suelo. "Junto a mí había una cabeza de una joven". Este marroquí estaba con su mujer y sus tres hijos esperando el tren para Algeciras y relató que fue lanzado muy lejos y que, con el brazo colgando, fue a buscar a sus hijos entre la confusión y el pánico que provocó la explosión. Casi todos los heridos fueron trasladados al Hospital de La Paz. Uno de ellos, el joven atleta José Manuel Juan Boix, falleció casi tres semanas después, el 18 de agosto de 1979. Hubo, además, cuantiosos daños materiales, y el servicio ferroviario tuvo que ser interrumpido durante horas.
Dorothy Fertig era una joven estudiante danesa de 20 años. Murió en el acto en la explosión de la bomba de Chamartín. Un compañera suya, alemana, resultó herida por la explosión.
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