A las 8:30 horas del viernes 23 de febrero de 1979, dos miembros de la banda terrorista ETA, armados con metralletas, asesinaban al guardia civil BENITO ARROYO GUTIÉRREZ cuando se desplazaba en su automóvil particular desde su residencia de Icíar al cuartel de la Guardia Civil en Deba (Guipúzcoa), en el que trabajaba desde hacía más de veinte años.
Los terroristas esperaban a su víctima en el stop que marca la confluencia de la carretera que baja de Icíar con la que une Bilbao con San Sebastián. Estaban escondidos en el recodo de la curva, cuando divisaron el automóvil del guardia civil, un mini de color rojo. En ese momento saltaron a la carretera y, a una distancia no superior a diez metros, vaciaron los cargadores de sus armas contra él. Benito Arroyo perdió la vida en el acto al impactar en su cuerpo dos de las catorce balas disparadas, que le alcanzaron el tórax y la cabeza. El vehículo en el que se desplazaba presentaba doce impactos de bala y la Policía confirmó que los casquillos encontrados en el lugar del suceso eran del calibre 9 milímetros parabellum, marca SF. Una vez logrado su objetivo, los asesinos recorrieron rápidamente los cincuenta metros que les separaban de su automóvil, un Seat 124, en el que esperaba al volante una tercera persona.
Al día siguiente, 24 de febrero, ETA militar reivindicaba, a través de un comunicado dirigido a diversos medios de comunicación de Bilbao, el asesinato de Benito Arroyo. En el comunicado explicaba que la víctima fue escogida por su puesto significativo en el cuerpo, ya que, según la banda, se dedicaba a tareas de información, seguimiento e infiltración respecto a personas relacionadas "con la izquierda abertzale". La realidad es que Benito estaba destinado en la Intervención de Armas y se encargaba de tareas administrativas, como tramitar los permisos de los cazadores para la tenencia de escopetas.
Benito Arroyo Gutiérrez, nacido en Salamanca, tenía 41 años cuando fue asesinado. Llevaba veinte destinado en el cuartel del Instituto Armado de Deba. Estaba casado con Maite Alcíbar, guipuzcoana, maestra en una ikastola de Icíar. Benito, de hecho, hablaba perfectamente el euskera. Tenían dos hijos, de 12 y 14 años.
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