A las nueve y media de la noche del 14 de octubre de 1978, cuatro pistoleros de la banda terrorista ETA asesinaban en Lequeitio (Vizcaya) al guardia civil ALBERTO VILLENA CASTILLO. La víctima fue ametrallada desde un vehículo cuando paseaba por los muelles portuarios de la localidad vizcaína, muy cerca del puesto de especialistas fiscales de la Guardia Civil en el que estaba destinado.
Alberto Villena fue alcanzado por cinco disparos, uno de ellos muy cerca del corazón, efectuados desde un Simca 1200 en marcha ocupado por cuatro terroristas. Trasladado inicialmente al cuartel de la Guardia Civil para recibir los primeros auxilios, de ahí fue llevado al ambulatorio de la Seguridad Social, donde ingresó cadáver. Los terroristas huyeron en dirección a Guernica, donde abandonaron el vehículo y continuaron la fuga en un Seat 127 matrícula de San Sebastián. Al día siguiente se celebró el funeral en Vitoria con la única asistencia de sus familiares, compañeros de la Guardia Civil y algunas autoridades.
El 16 de octubre, en un breve comunicado hecho llegar a distintos medios de comunicación, la banda terrorista ETA reivindicaba el atentado afirmando que "ya no basta con gritar que se vayan". En el mismo explicaba que su "lucha armada" se dirigía a complementar, de una forma organizada, la movilización popular.
Alberto Villena Castillo tenía 27 años. Era natural de El Padul (Granada), estaba casado y tenía una hija de 2 años, Encarna. Llevaba tres años destinado en Lequeitio, en el cargo de especialista en la vigilancia de costas con la misión de controlar el contrabando que pudiera ser introducido a través del puerto. Cuando se cumplieron 30 años de su asesinato, el 14 de octubre de 2008, el Ayuntamiento de El Padul organizó un homenaje al guardia civil asesinado, al que asistió su hija, Encarna Villena, que fue la encargada de descubrir la placa conmemorativa en presencia de autoridades políticas, de la Guardia Civil, la Policía y unos cuatrocientos vecinos de la localidad. Si esta es la de cal, la de arena la protagonizó el Ayuntamiento de Granada, que rechazó que una calle de la ciudad llevase el nombre de Alberto Villena. La solicitud la hizo la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), y fue rechazada en julio de 2008, alegando que una plaza con el nombre de Luis Portero, fiscal asesinado por ETA en el año 2000, Domingo Puente -peluquero de la Base de Armilla- o Jesús Escudero -policía nacional asesinado el 30 de octubre de 2000-, así como la glorieta dedicada a las víctimas del terrorismo, honran suficientemente a los caídos a manos de los terroristas.
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.