A las siete menos veinte de la tarde del 18 de mayo de 1977, dos miembros de ETA asesinaban a tiros en la estación de Amara de San Sebastián, al agente de Policía Armada, MANUEL ORCERA DE LA CRUZ, al que dispararon cinco tiros. Manuel se encontraba de servicio en el interior de la estación.
Dos individuos se apearon de un vehículo y, tras penetrar en el interior del recinto ferroviario, tirotearon al agente. Uno de los disparos le alcanzó el corazón, lo que le produjo la muerte prácticamente en el acto. Su compañero en el servicio de vigilancia, que se encontraba en el andén, pudo repeler la agresión haciendo tres disparos contra los agresores, pero no consiguió alcanzarles. A continuación avisó al servicio policial 091. Manuel fue trasladado a la Residencia Sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu, donde ingresó cadáver.
Los etarras se dieron a la fuga en un coche Simca 1200 con matrícula de Barcelona, que había sido robado sobre las 16:30 horas a punta de pistola en el barrio donostiarra de Gros. Su propietario permaneció secuestrado en la falda del monte Ulía hasta momentos antes de cometerse el atentado, y posteriormente lo dejaron ahí abandonado. El coche fue localizado hacia las 19:15 horas por funcionarios de la comisaría de Policía del barrio de Loyola. En el lugar de los hechos se encontraron tres casquillos, con la inscripción FN, calibre 9 milímetros parabellum, munición usada habitualmente en sus acciones por los grupos especiales de la organización ETA-V asamblea, rama político-militar.
El jefe superior de Policía de Bilbao declaró tras el atentado que ETA no conseguiría encrespar a las fuerzas del orden y que la actuación de las mismas se ajustaría siempre a la ley.
Al día siguiente se produjo un atentado similar contra agentes de la Policía Armada de servicio en la estación de Renfe de Pamplona, aunque no hubo que lamentar víctimas mortales.
Manuel Orcera de la Cruz era natural de Úbeda (Jaén), donde había nacido el 27 de mayo de 1953, por lo que tenía 24 años cuando fue asesinado. Ahí se celebró su funeral, que congregó a cerca de quince mil personas. Una calle de su localidad natal lleva su nombre.
Manuel estaba casado y tenía una hija de corta edad. Su mujer estaba embarazada del segundo hijo. Estudió en la Academia de Policía de Badajoz y llevaba destinado en San Sebastián desde abril de 1976.
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