En la mañana del viernes 29 de abril de 1977 fue asesinado a manos de miembros de la banda terrorista ETA el sargento de la Guardia Civil ANTONIO GALÁN ACEITUNO durante un atraco al Banco Hispanoamericano de Tolosa. El guardia civil se encontraba en el banco porque, previamente, se había producido otro atraco en la sucursal bancaria. Ambos atracos fueron realizados por terroristas de ETA.
Sobre las 22:15 horas del día anterior tres terroristas de ETA político-militar secuestraron a Ángel Ormazabal, cajero de la citada sucursal bancaria en la calle Gorosabel de Tolosa. Tras ponerle una capucha en la cabeza, le metieron en su coche y le retuvieron en una furgoneta toda la noche. Por la mañana, en torno a las 6:00 horas, fueron al banco. Previamente Ángel avisó telefónicamente a la empleada de limpieza, Dori Velasco Mendia, diciéndole que tenía orden de abrir porque era día de cobro. Cuando llegaron a la sucursal bancaria, la empleada se encontraba ya ahí. Tras sacar las pistolas, los etarras obligaron a Ángel a abrir la caja fuerte, de la que sacaron veinte millones de pesetas. A continuación, les maniataron y huyeron. Poco después, el cajero consiguió soltarse y llamó a la policía. Esta, a su vez, dio aviso a la Guardia Civil, que envió al sargento Galán Aceituno a la sucursal.
A las 8:30 horas, mientras Antonio realizaba las diligencias sobre el primer atraco, entraron cuatro terroristas, esta vez de la rama ETA militar. Uno de ellos llevaba uniforme de la Guardia Civil, lo que despistó a Antonio. Tras el "arriba las manos" los etarras vieron al sargento, al que dispararon una ráfaga de metralleta. Antonio pudo responder la agresión haciendo uso de su pistola e hiriendo al terrorista que llevaba el uniforme de la Guardia Civil. Los terroristas dispararon una nueva ráfaga que hirió a Antonio mortalmente en la cabeza. Trasladado urgentemente a la Clínica San Cosme y San Damián, ingresó cadáver. En el bolsillo de su guerrera tenia preparadas, para enviar por correo, dos cartas: una dirigida a sus padres y otra a su mujer.
Los trabajadores del banco informaron a los etarras de que no había dinero, por lo que montaron en el coche que esperaba fuera y huyeron, mientras el herido dejaba un reguero de sangre. El vehículo lo habían robado minutos antes a Kleuz Metzer, director de la empresa Winkler y Dunnebier. Le obligaron a dirigirse a las afueras de Tolosa, por la carretera de Laburu, y allí le dejaron atado diciéndole que no se soltara en hora y media "porque pagaría las consecuencias". Este coche fue encontrado horas después abandonado en la plaza de Carlos VII, en el mismo corazón del casco antiguo de Tolosa. En su interior se encontraba la guerrera del uniforme de la Guardia Civil, y el correaje y la funda de la pistola. La sahariana tenía un orificio de bala en la parte superior del corazón y manchas de sangre, igual que la tapicería del coche.
Uno de los etarras que participó en el atentado fue Pedro María Leguina Aurre, alias Txiki, Xepa y Kepatxu, acusado de participar en más de 20 asesinatos entre los años 70 y 80. El 31 de diciembre de 1999 fue detenido por las autoridades francesas en el aeropuerto parisino Charles De Gaulle cuando intentaba entrar en Francia con documentación falsa. Fue extraditado a España en diciembre de 2001, pero no fue juzgado por este atentado. En el momento de su extradición tenía abierta una causa en el Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, referida al asesinato, el 28 de noviembre de 1979, de tres guardias civiles en un bar de la localidad guipuzcoana de Azpeitia.
Antonio Galán Aceituno era de Castilblanco (Badajoz) y tenía 47 años. Había sido destinado a la Comandancia de Guipúzcoa hacía escasamente un mes, por lo que su familia todavía permanecía en Pontevedra. Allí vivió catorce años con su mujer, Carmen López Corral, y sus tres hijas: María del Carmen, de once años, María Jesús, de ocho, y María Pilar, de cinco. El sargento tenía concedido un permiso para el mes de mayo, porque la segunda de sus hijas iba a hacer la primera comunión el día 20. Castilblanco fue uno de los primeros municipios que homenajeó a una víctima del terrorismo: el 12 de junio de 1982 el Ayuntamiento acordó poner el nombre de Antonio Galán Aceituno a una de las calles de la localidad.
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