MANUEL VERGARA JIMÉNEZ viajaba en un Land Rover que formaba parte de una patrulla compuesta por un cabo y varios números de la Guardia Civil. Eran las cuatro menos cuarto de la tarde del sábado 17 de enero de 1976. Durante el rutinario recorrido de vigilancia, observaron una ikurriña sujeta con un mástil, situada en una loma sobre un túnel entre Villafranca de Ordicia y Beasaín.