El 13 de septiembre de 1974 la banda terrorista ETA provocaba su primera masacre haciendo explotar una bomba en la cafetería Rolando de la calle del Correo, muy cerca de la Puerta del Sol en Madrid. La cafetería era frecuentada por policías de la Dirección General de Seguridad y por ello se convirtió en objetivo de la banda asesina.
El camarero de la cafetería Rolando Manuel Llanos Gancedo, de 26 años, ingresó sobre las 15.30 horas, todavía con vida, en el hospital de la Cruz Roja de Madrid. Allí le suministraron oxígeno e intentaron por todos los medios mantenerle con vida, pero murió antes de que pudiera ser operado. Manuel llevaba cinco años en Madrid cuando la bomba que ETA colocó en el local donde trabajaba, porque supuestamente era frecuentada por policías, acabó con su vida.
Nació en la localidad asturiana de Villar de Vildas, pero a los seis años su familia se trasladó a Villablino (León), donde su padre encontró trabajo en la mina. Manuel tuvo que comenzar a trabajar muy pronto como aprendiz de camarero, pues eran cinco en la familia viviendo del salario del padre. Su primer trabajo fue en el casino de Villablino y cuando los arrendatarios del local se trasladaron a Madrid para abrir un nuevo negocio les acompañó. Manuel, recuerda su hermano, era feliz en Madrid. Unos años después, los dueños de la cafetería Rolando le ofrecieron empleo como uno de los encargados y aceptó.
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.