El 19 de enero de 1993 el grupo Donosti de ETA asesinaba en San Sebastián al hostelero y exjugador de la Real Sociedad JOSÉ ANTONIO SANTAMARÍA VAQUERIZA. Tres miembros de ese grupo, tras vigilar previamente los hábitos de José Antonio, lo asesinaron de un tiro en la nuca mientras cenaba en la sociedad gastronómica Gaztelupe con motivo de la Tamborrada que daba inicio a las fiestas patronales de San Sebastián.
Como en otras ocasiones, antes y después, ETA acusó al industrial de tener vinculaciones con el contrabando de tabaco y el narcotráfico. Su nombre había aparecido en un informe de la Fiscalía de la Audiencia Provincial de San Sebastián conocido como 'Informe Navajas'. Parte de su contenido fue desvelado en 1989 en Diario 16 y posteriormente por el diario Egin. Concretamente, tres días antes del atentado lo señalaban como colaborador del sargento del cuartel de Inchaurrondo Enrique Dorado Villalobos en el soborno de guardias civiles para evitar decomisos del contrabando.
Por el proceso judicial abierto en la Audiencia Provincial de San Sebastián Santamaría declaró en noviembre de 1992, asistido legalmente por Fernando Múgica Herzog (que también sería asesinado por ETA en 1996). Tal y como declaró su viuda, Beatriz Lasa, su marido vivió hasta su asesinato "bajo la angustia de saberse inocente de toda implicación de narcotráfico".
Aunque Santamaría negó en su momento las acusaciones vertidas contra él, desde ese momento hasta su asesinato, poco más de dos años más tarde, poco pudo hacer para evitar que su nombre siguiera apareciendo ligado regularmente a noticias, filtraciones y rumores de todo tipo que mezclaban narcotráfico, lucha antiterrorista y tramas de corrupción policial.
El juicio por este caso se celebró en abril de 1994 en la Audiencia Provincial de San Sebastián. El juez Luis Blázquez criticó en su sentencia "la escasa prueba acusatoria" aportada por el Ministerio Fiscal, impidiendo dar por válidas sus conclusiones y no condenando a Santamaría. Hacía un año y tres meses que había sido asesinado.
Por el asesinato de Jose Antonio Santamaría Vaqueriza fue condenado Valentín Lasarte Oliden en 1997 y Juan Antonio Olarra Guridi en 2007. El tercer terrorista, José María Iguerategui Gillisagasti, no pudo ser juzgado pues murió en marzo de 1994 en Vitoria, tras explotarle una bomba que portaba en una mochila.
José Antonio Santamaría Vaqueriza tenía 47 años. Estaba casado con Beatriz Lasa y tenía tres hijos. En el momento del atentado regentaba el bar Basque y anteriormente había sido copropietario de la discoteca ibicenca Ku.
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