A las 12:15 horas del 5 de octubre de 1983 fallece en el Hospital de Cruces de Baracaldo el policía nacional MANUEL BENITO JOSÉ, dos días después de que la banda terrorista ETA le hiriese de gravedad cuando se encontraba con unos amigos en un bar de Portugalete (Vizcaya).
Poco antes de las doce de la noche del lunes 3 de octubre de 1983 Manuel Benito se encontraba, vestido de paisano, con unos amigos en el Bar Lugo, de la calle San Nicolás. Además del policía nacional, se encontraban en esos momentos en el bar otras tres personas, entre ellas el propietario del local. Dos terroristas entraron en el establecimiento y, tras dirigirse al lugar donde estaba el agente, le dispararon varias veces, dejándolo gravemente herido con tres impactos de bala en la cabeza y el estómago. A continuación, se dieron a la fuga a pie.
Una patrulla de la Policía Municipal, que se encontraba cerca del bar, fue la primera en llegar al lugar del atentado, donde encontraron a Manuel aún con vida y dieron aviso a la ambulancia. Lo trasladaron urgentemente al Hospital de Cruces donde a los pocos minutos de ingresar quedó en coma profundo, falleciendo dos días después.
El 4 de octubre por la tarde se reunieron en el Ayuntamiento de Portugalete los representantes de PNV, PSE-PSOE, AP, PCE-EPK, UGT y CCOO. Aunque estaban invitados, EE y ELA-STV excusaron su presencia. Herri Batasuna no fue invitada. En la reunión se acordó convocar una manifestación y se expresó el rechazo a este nuevo "acto asesino". El PNV condicionó el apoyo definitivo a una consulta a su Comité Ejecutivo. También en señal de protesta se acordó suspender la comisión municipal permanente, igualmente con la ausencia de HB. Los socialistas expresaron su satisfacción porque, por primera vez, hubo acuerdo unánime e inmediato para dar una respuesta al atentado. Sin embargo, el 5 de octubre, día en el que finalmente falleció Manuel Benito, EE se descolgó de la convocatoria porque "podía deteriorar más el clima de distensión" (sic) y ocultar las verdaderas vías a la resolución del problema de la violencia; además, no querían coincidir en la manifestación con el partido de Manuel Fraga, partidario de penas de muerte y estados de excepción.
El 6 de octubre se celebró en la Iglesia de la Sagrada Familia de Portugalete el funeral por Manuel Benito. El féretro se trasladó desde la capilla ardiente que se había instalado el día anterior en el cuartel de Basauri. El funeral fue presidido por José Barrionuevo, ministro del Interior, que al acabar se dirigió a los presentes finalizando el acto con vivas a España, al País Vasco, a la Constitución, a la Policía Nacional y al Rey. Una mujer gritó "ETA asesina", "ETA al paredón" y otras consignas contra el Gobierno. Los restos mortales del policía asesinado recibieron sepultura en el cementerio local.
A las ocho de la tarde tuvo lugar el acto de protesta convocado por los partidos políticos del Ayuntamiento, acto que había sido denunciado por Herri Batasuna por ser de "apoyo" a las Fuerzas de Orden Público y a los que torturan. Tras la lectura de un comunicado de condena, la manifestación se inició desde la plaza del Ayuntamiento. A medio camino un joven insultó a los manifestantes, por lo que tuvo que intervenir la Policía Nacional para evitar que lo agrediesen. Pero no terminaron aquí los incidentes, porque al final del recorrido, un grupo de contramanifestantes les estaban esperando, produciéndose momentos de enorme tensión cuando una persona de paisano sacó una pistola y los encañonó. La Policía Nacional actuó con contundencia, retiró a los contramanifestantes, entre aplausos de los participantes en la manifestación, y cinco de ellos fueron trasladados a Comisaría.
Manuel Benito José, de 36 años, era natural de Salamanca, aunque estaba destinado en la comisaría de Portugalete. Estaba casado con Lourdes Martínez y tenía dos hijos, Manuel, de 9 años, y Javier, de 3 años. Los tres asistieron al homenaje que, en 2002, el Ayuntamiento de Portugalete rindió a Manuel Benito, en el que el alcalde socialista, Mikel Cabieces, dijo que "intentamos reparar algo que teníamos que haber hecho hace mucho tiempo, nunca lo podremos reparar del todo, pero más vale tarde que nunca, y es que vosotros -las víctimas del terrorismo- sintáis el calor, el cariño, el respeto y la solidaridad activa", haciendo extensivo el homenaje a todos los policías nacionales víctimas del terrorismo.
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.