A las once de la noche del sábado 15 de octubre de 1983, la banda terrorista ETA asesinaba en Oñate (Guipúzcoa) al guardia civil JOSÉ REYES CORCHADO MUÑOZ mediante la activación a distancia de una carga explosiva escondida junto a un muro. La víctima formaba parte de una patrulla de tres vehículos de la Guardia Civil que había salido del cuartel de Arechavaleta para realizar un servicio de vigilancia. Al pasar por el barrio de Zubillaga de la localidad guipuzcoana de Oñate, miembros de la banda terrorista ETA activaron la carga explosiva, que era del tipo hornillo.
La explosión alcanzó de lleno al primer vehículo del convoy, matando casi en el acto a José Reyes Corchado e hiriendo levemente al cabo primero Antonio Ramos Ramírez. Este último sería asesinado tres años más tarde en otro atentado de la banda terrorista ETA en Mondragón el 8 de junio de 1986, en el que el cabo primero fue ametrallado cuando se dirigía a su vehículo particular después de estar en un bar de la localidad. El guardia civil que conducía el vehículo, Francisco Borjas Reinoso -natural de la localidad de Huevar de Aljarafe (Sevilla), de 36 años de edad, casado y padre de dos hijos-, resulto ileso.
José Reyes Corchado iba en la parte posterior del vehículo y se vio afectado, sobre todo, por los tornillos que la banda terrorista había colocado junto a los dos kilos de Goma 2 del artefacto explosivo y por las piedras que salieron disparadas como proyectiles, que le provocaron una fractura de cráneo.
Los guardias civiles que ocupaban los otros dos vehículos atendieron a sus compañeros y los trasladaron a distintos centros sanitarios. Antonio Ramos fue atendido en el Hospital del Alto Deba en Mondragón, mientras que José Reyes Corchado ingresó cadáver en el Hospital Comarcal de Oñate. Hasta ahí se trasladó el viceconsejero de Interior del Gobierno vasco, Eli Galdós, que también era alcalde en esa localidad.
Al día siguiente, 16 de octubre, se celebraba el Oñate el funeral por el alma de José Reyes, presidido por el ministro de Interior, José Barrionuevo. Junto a familiares, amigos y compañeros de la víctima, ocuparon también un lugar destacado en la parroquia de San Martín el director general de la Guardia Civil, teniente general José Luis Aramburu Topete, el delegado del Gobierno en la comunidad autónoma vasca, Ramón Jáuregui, el viceconsejero de Interior del Gobierno vasco, Eli Galdós, el gobernador civil, Julen Elorriaga, y representantes locales de los principales partidos políticos.
José Reyes Corchado Muñoz, de 28 años, era natural de Alburquerque (Badajoz) y hacía poco más de un año que había ingresado en la Guardia Civil. Estaba casado con Isabel Chamizo Díaz, de 24 años. Cuando le destinaron a Oñate (Guipúzcoa) él se fue en 'avanzadilla' y su familia se quedó en Badajoz. "Estaba previsto que nos fuéramos con él en noviembre, porque él tenía vacaciones entonces, pero lo asesinaron antes" (Hoy, 9/04/2009). El matrimonio tenía dos hijas, de 1 y 2 años cuando asesinaron a José. "Ellas no entendían cómo había gente que podía hacer eso. Ahora, que tienen 23 y 24 años, lo entienden todavía menos. A mí que no me pidan que perdone y olvide. Porque además es gente no se ha arrepentido" contaba su viuda (Hoy, 19/02/2006). José Reyes Corchado fue enterrado de Alburquerque. En enero de 1994 el Ayuntamiento de esta localidad dedicó una calle al agente asesinado.
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