En torno a las 9:30 horas del 14 de abril de 1981 es asesinado a tiros en San Sebastián el teniente de Infantería retirado OSWALDO JOSÉ RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ.
Entre las nueve y media y las diez de la mañana Oswaldo Rodríguez Fernández es tiroteado cuando se disponía a entrar en el portal de la sede del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS) en San Sebastián, donde trabajaba como administrativo en materias relacionadas con la asistencia sanitaria a huérfanos y viudas de militares. Fue interceptado en el descansillo anterior al primer piso del edificio por pistoleros de la banda terrorista, que le dispararon a pocos metros y se dieron a la fuga. El militar fue alcanzado en la cabeza por dos proyectiles, que penetraron por la mandíbula y salieron por la parte posterior del cráneo, destrozándole la cabeza. Otra bala quedó alojada en el cuello. El teniente Rodríguez Fernández falleció en el acto y su cadáver quedó tendido sobre la escalera.
Aunque no hubo testigos presenciales del asesinato, los vecinos del inmueble pudieron escuchar las detonaciones, casi simultáneas. La policía encontró en el lugar cuatro casquillos de bala, todos de 9 milímetros parabellum, pero de dos marcas distintas, SF y Geco, por lo que se dedujo que los agresores fueron, al menos, dos.
Una vez cometido el atentado, los etarras se dieron a la fuga a pie hasta un automóvil Seat 124, estacionado en las proximidades, en el que aguardaba al volante un tercer individuo. El vehículo utilizado había sido robado a primera hora de la mañana en el barrio de Gros, cuando su propietaria se dirigía al trabajo. Ella misma, obligada a punta de pistola, tuvo que conducir el vehículo con sus secuestradores a bordo hasta el monte Igueldo, donde la dejaron atada a un árbol hasta que fue liberada por la policía.
Por este atentado fueron condenados como autores materiales Jesús María Zabarte Arregui, en 1985, e Ignacio Erro Zazu, en 1988. Este mismo año fue condenado, como cómplice, Juan José Iradi Lizarazu.
Oswaldo José Rodríguez Fernández, teniente de Infantería retirado, iba a cumplir 60 años el 1 de junio. Destinado en San Sebastián desde marzo de 1974, residía en unos bloques de viviendas militares del barrio de Loyola, en la capital guipuzcoana. Había pasado a la situación de reserva seis años antes de su asesinato, cuando se encontraba destinado en el cuartel general de la Brigada de Montaña número 61, con sede en el Gobierno Militar de Guipúzcoa. Más tarde pasó a prestar servicio como administrativo contratado en la Delegación Provincial del ISFAS. Era natural de Rairiz (Lugo), viudo y padre de tres hijos. Su nombre había aparecido en listas de posibles objetivos de ETA, aunque no le había dado importancia, según informó uno de sus hijos.
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